Más quejas contra el líder del SNAC

Más quejas contra el líder del SNAC.

Alejandro Martínez Araiza sigue siendo objeto de quejas por parte de los trabajadores del sindicato Nacional Alimenticio y del Comercio (SNAC) que heredó de su padre pues, afirman sus agremiados, cuenta con la complicidad de su Comité, al que tiene cooptado para que guarde silencio, respecto a que ha dilapidado y desaparecido un patrimonio de más de 500 millones de pesos de las cuotas pero ha si ha incrementado su patrimonio.

Pese a que se presente como un líder “moderno y democrático”, los disidentes y detractores del SNAC dicen que en realidad se comporta como un viejo líder sindical de la vieja guardia: presenta plantillas únicas, elecciones a modo, fuera de tiempo y con su comité ejecutivo; no rinde cuentas del manejo de las cuotas de los trabajadores, por más exhortos de la autoridad que constan en documentos oficiales.

Afirman que “nadie sabe en el sindicato, más que sus incondicionales del Comité Ejecutivo, cuál es el salario de Martínez a quien le dicen “El principito”, ni sus gastos en comidas, ni viáticos. Pero simpatizantes y detractores coinciden en que este “tecnocharro” tiene sueños de grandeza: tiene sus oficinas en la Torre Omega, por la que paga una renta mensual aproximada de 200 mil pesos, todos estos gastos con cargo a las cuotas de los trabajadores.

Una de las denuncias más fuertes tiene que ver con el robos al patrimonio de los trabajadores del SNAC pues dicen que cuando Marco Antonio Martínez Armenta, padre del principito, vendió el edifico que era del sindicato y compró una casa que puso a su nombre. Por ello es que el sindicato no tiene patrimonio inmobiliario y el Principito como alma en pena en la Torre Omega de Polanco.

Estas mismas prácticas heredó el Tecnocharro porque nos cuentan que ahora expropio para beneficio propio el nombre del SNAC, lo registró ante el IMPI y lo ha usufructuado para benéfico personal, sin que informe ni rinda cuenta a los trabajadores sindicales. Ni el ni ninguno de la docena de incondicionales que conforman el Comité Ejecutivo.

Las autoridades del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, están conscientes que Martínez Araiza no ha sido transparente ni con los trabajadores del SNAC ni con la autoridad, por ello le exigieron abrir los libros de las cuotas sindicales y hasta donde se sabe se ha hecho ojo de hormiga.

Algo que debe explicar con claridad a los trabajadores del sindicato es con qué recursos compró y administra el Hostal Apapacho en el Centro de la CDMX, otro de sus nuevos negocios.

Como se puede apreciar, la vida privada y pública de este Tecnocharro no tiene nada que ver con la vida sencilla de un agremiado al SNAC. Para los agremiados al SNAC, sería bueno que el SAT se dirán una vuelta por la Torre Omega para comprobar ingresos y negocios que esconde El Principito y su Comité.


 

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