Madre encuentra el cuerpo de su hijo desaparecido en escuela de medicina; exige justicia por donación sin consentimiento
CDMX. — Después de tres años de incansable búsqueda, Laura Cabañas localizó el cuerpo de su hijo Julio César Cervantes Cabañas en un lugar que jamás imaginó: una escuela de medicina del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Su caso revela una grave omisión institucional por parte del Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), que recibió el cuerpo de Julio tras su fallecimiento en vía pública, pero nunca notificó a su familia ni pidió autorización para donarlo con fines académicos.
Julio César: desaparecido en 2021, donado sin permiso en 2024
Julio desapareció en 2021. Su madre recorrió agencias del Ministerio Público y forenses de todo el país durante tres años. En enero de 2024, su cuerpo fue hallado en una jardinera de la alcaldía Coyoacán, pero Laura Cabañas no fue notificada. En cambio, el Incifo entregó el cadáver al IPN apenas cinco días después, sin informar ni solicitar consentimiento alguno.
“Tenían todos mis datos. ¿Cómo fue posible que lo donaran sin mi autorización?”, cuestiona con indignación la madre de Julio. Según su testimonio, fue una llamada anónima la que le reveló el paradero del cuerpo. Solo entonces, la mujer descubrió que había sido utilizado para prácticas e investigación en la Escuela Superior de Medicina.
Una espera dolorosa y una entrega tardía
Tras la llamada, pasaron aún diez meses antes de que el cuerpo fuera devuelto al Incifo y, posteriormente, a su familia. Cuando por fin lo recuperaron, Laura asegura que le fueron retirados varios órganos. El proceso dejó una huella emocional profunda y desató un proceso legal en busca de justicia.
“El mismo tiempo que estuvo desaparecido, estuve buscándolo. Y cuando llego a pedir explicaciones, ya lo habían entregado al Politécnico”, narró.
Denuncian violaciones graves a los derechos humanos
Laura Cabañas ahora forma parte de colectivos de madres buscadoras que denuncian irregularidades y tratos indignos por parte del Incifo. Junto con otras mujeres, presentó una denuncia penal ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, respaldada por más de 300 organizaciones, colectivos y personas buscadoras.
Entre los grupos que alzaron la voz se encuentran Una luz en el Camino, Hasta Encontrarles y Mariposas buscando corazones y justicia, quienes también denunciaron que han sido víctimas de amenazas.
Además, la Comisión de Derechos Humanos capitalina recibió otra queja por actos documentados en video donde personal del Incifo manipula cuerpos y órganos sin respeto ni protocolo.
Un contexto marcado por la impunidad y el riesgo
La situación de Laura Cabañas no es un caso aislado. De acuerdo con un reciente informe de Amnistía Internacional, México enfrenta una crisis de desapariciones con más de 128 mil personas desaparecidas hasta la fecha. La mayoría de las labores de búsqueda recaen en mujeres, quienes además enfrentan violencia, amenazas, desapariciones e incluso asesinatos.
El informe titulado “Desaparecer otra vez” documenta al menos 30 asesinatos de familiares buscadores desde 2011, 16 de ellos mujeres, muchos de los cuales ocurrieron tras denunciar amenazas o identificar restos de sus seres queridos.
Exigen sanciones y garantías de no repetición
“Esto no puede volver a pasar. Hay miles de madres como yo que no deben vivir esta pesadilla”, exige Laura Cabañas. Las madres buscadoras no solo piden justicia para sus propios casos, sino reformas urgentes al funcionamiento del Instituto de Ciencias Forenses y un sistema más humano y transparente que garantice la dignidad de las personas fallecidas y de sus familias.
