⚠️ Ecatepec en alerta: quién es “El Choko” y cómo La Chokiza tejía política, crimen y redes
Ecatepec, Estado de México – 12 de septiembre de 2025.
La detención de Alejandro “N”, alias El Choko, líder de la organización La Chokiza, ha encendido las alarmas en la zona metropolitana. Extorsión, homicidios, despojo de propiedades… y estrechos lazos con figuras políticas locales: todo esto emerge ahora como una red turbia entre lo legal y lo criminal.
🔎 ¿Qué se sabe de El Choko y La Chokiza?
-
La Chokiza se presenta ante la población como un grupo de apoyo barrial: “asesoría jurídica, ayuda ante extorsiones, publicidad para negocios afiliados”… pero las acusaciones van más allá. Se le vincula con delitos como extorsión, homicidio y despojo.
-
Su símbolo es una imagen llamativa: Jesucristo montando motocicleta, una tableta de chocolate y fajos de billetes volando. Sus videos, fotografías e imágenes propagandísticas circulan por redes con gran visibilidad en colonias populares de Ecatepec.
-
Se decía que contaba con cerca de 10,000 afiliados, más sus familias, “cinco o seis por familia”, según declaraciones del mismo Choko.
🏛️ Políticos bajo la lupa
Lo que vuelve explosiva esta historia es lo cerca que El Choko y su grupo estaban de Sandra Cuevas
- Se le vincula con la ex alcaldesa de Cuauhtémoc, en eventos sociales y en la famosa rodada motera que terminó en decomisos, detenidos y un joven muerto tras un atropellamiento.
🔥 Doble cara: justicia social vs crimen
La narrativa de La Chokiza, cuidadosamente diseñada, mezcla dos caras:
-
Imagen de justiciero barrial: repartos de juguetes, apoyo social, asesorías; actos que les ganan seguidores y legitimidad en comunidades marginadas.
-
Acusaciones de abuso: extorsiones, homicidios, enfrentamientos violentos, despojo de tierras y propiedades. Autoridades le imputan esos ilícitos, además de la influencia que puede ejercer sobre poblaciones vulnerables.
⚖️ Los retos para la autoridad
-
Desenmascarar la dualidad entre lo político/social y lo criminal, sin que haya interferencia o encubrimiento.
-
Aclarar delitos específicos por los que se responsabiliza a El Choko, porque la información oficial aún no es abundante.
-
Escuchar a las comunidades afectadas: ¿qué “servicios” (reales o simbólicos) recibían? ¿Hasta dónde estaban dispuestas las autoridades locales o estatales a ignorar estas actividades por conveniencia política?
🧨 Conclusión
La caída de El Choko no solo pone contra las cuerdas a una organización acusada de crimen; revela una problemática estructural: cómo grupos como La Chokiza se incrustan entre lo social y lo delictivo, cómo usan la red política para legitimar su presencia, y cómo esas alianzas permiten que opere en las sombras hasta que algo lo detenga.
La pregunta que queda latente: ¿Cuántos más operan así, con fachada social, protección tácita y poder local?