Indiferencia mortal: el eco que ignoró el gobernador de Michoacán

Uruapan exige justicia tras el asesinato del alcalde Carlos Manzo

Carlos Manzo pidió ayuda una y otra vez. Habló de amenazas, de presiones, de miedo. Pero sus llamados fueron ignorados. Hoy su nombre se suma a la lista de servidores públicos que perdieron la vida por atreverse a señalar la violencia que consume a Michoacán.

El alcalde de Uruapan fue atacado a balazos durante la inauguración del Festival de las Velas, la noche del 1 de noviembre. Aunque fue trasladado con vida al Hospital Fray Juan de San Miguel, no logró sobrevivir.

🔥 Tensión y reclamos en el funeral

El gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, acudió al velorio realizado en la Funeraria San José, donde fue recibido entre abucheos y reclamos. “¡Fuera!”, “¡Fue tu culpa!” y “¡Basta de impunidad!” gritaron los asistentes, que no contuvieron su enojo frente a la escolta y el cerco de seguridad que acompañaba al mandatario.
El gobernador permaneció menos de diez minutos en el lugar y se retiró sin pronunciar palabra ante los medios ni los familiares del edil. A su salida, los reclamos se intensificaron entre la multitud que exigía respuestas y atención a los múltiples llamados de auxilio que, aseguran, el alcalde había hecho durante meses.

🕯 Adiós entre indignación y dolor

Durante el cortejo fúnebre, decenas de personas se unieron para despedir al presidente municipal. En las calles, la ciudadanía volvió a expresar su descontento hacia las autoridades estatales, acusando falta de respuesta ante el clima de violencia que aqueja a la región.

Familiares, amigos y colaboradores recordaron a Manzo como un hombre comprometido con su comunidad y que, pese a las amenazas, se negó a abandonar su cargo. Su esposa, la presidenta honoraria del DIF municipal, y su hermano, subsecretario en el gobierno estatal, encabezaron los actos fúnebres.

⚖ Exigen justicia

El asesinato de Carlos Manzo ha reavivado el debate sobre la inseguridad que enfrentan los gobiernos municipales en Michoacán. En los últimos años, varios alcaldes de distintos partidos han sido víctimas de ataques armados sin que se hayan esclarecido los casos.

Hoy, Uruapan llora a su alcalde y reclama al mismo tiempo la atención que nunca llegó.
Porque en México, levantar la voz no debería costar la vida.


 

Únete a nuestro canal de whatsapp 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *