Murió con su bebé en el vientre tras explosión en Waldo’s
El estallido que cambió todo
El pasado 1 de noviembre, la calma del Centro de Hermosillo, Sonora, se rompió con una brutal explosión dentro de una tienda Waldo’s. En cuestión de segundos, el comercio se convirtió en un infierno de fuego, humo y gritos. Los vecinos corrieron despavoridos, mientras las llamas devoraban el lugar y el olor a plástico quemado inundaba las calles.
El reloj marcaba las 15:00 horas cuando el estruendo sacudió la calle Doctor Noriega, entre Matamoros y Juárez. Los equipos de emergencia llegaron al sitio, pero el panorama era desolador. Los restos del edificio ardían mientras los paramédicos intentaban rescatar a los sobrevivientes. El saldo fue devastador: 23 personas sin vida y varios heridos de gravedad.
La escena se tiñó de dolor. Los curiosos observaban con el corazón encogido cómo familias enteras lloraban frente a los escombros, mientras los nombres de las víctimas comenzaban a conocerse.
Una historia que estremeció al país
Entre los escombros de la tragedia surgió una historia que rompió el alma de México. Lupita, una joven embarazada, se encontraba dentro del local cuando la explosión la sorprendió. Su esposo, Joel, la esperaba en casa sin imaginar que sería el último día que vería con vida al amor de su vida y a su futura hija.
Horas después, Joel compartió en redes sociales un mensaje que conmovió a miles de usuarios:
“Perdóname por no salvarte, mi amor. No alcancé a llegar. Te me fuiste junto con nuestra bebé. Era juntos para toda la vida.”
Sus palabras se propagaron como pólvora, reflejando la desesperación, la impotencia y el duelo colectivo de una ciudad entera. La foto de Lupita, sonriente y con su vientre de madre primeriza, se volvió símbolo del dolor de Hermosillo.
