Calimaya se hunde en el caos: crimen desbordado, políticos enfrentados y miedo en las calles

Autoridades federales señalan al municipio como zona de alto riesgo; crece la desconfianza ciudadana y la confrontación política interna

Calimaya, Estado de México.– Lejos de la imagen de tranquilidad que por años proyectó, Calimaya enfrenta hoy una de sus peores etapas en materia de seguridad, gobernabilidad y credibilidad institucional. De acuerdo con reportes de instancias federales y estatales, el municipio ha sido colocado en el foco rojo del mapa de riesgos del Estado de México, debido al crecimiento de la delincuencia organizada y la descomposición del tejido político local.

Grupos delictivos provenientes de zonas limítrofes con Guerrero han encontrado terreno fértil para operar en Calimaya, lo que ha derivado en una escalada de violencia que amenaza la estabilidad de toda la región sur del Valle de Toluca. La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y otras fuerzas federales han intensificado su presencia en el área ante la posibilidad de una consolidación criminal en el municipio.

Conflicto político interno agrava la situación

El problema no se limita al crimen organizado. Al interior del gobierno local se libra una guerra política entre el actual alcalde, Omar Sánchez Velázquez, y su antecesor, Óscar Hernández Meza. Las acusaciones mutuas por presuntas omisiones, decisiones erráticas en materia de seguridad, y hasta supuestos vínculos de colaboradores cercanos con redes criminales, han debilitado la respuesta institucional ante la emergencia.

A esto se suman acciones para desacreditar publicaciones incómodas en redes sociales, lo que ha generado sospechas sobre un posible intento de control informativo y censura.

Percepción ciudadana en picada

El hartazgo entre la población es evidente. Según encuestas recientes, el 61.7% de los calimayenses considera que vive en un entorno inseguro, con un aumento notorio en el miedo entre mujeres y jóvenes. Si bien se han colocado cámaras de vigilancia y adquirido nuevas patrullas, estas medidas resultan insuficientes ante el tamaño del problema.

“Nos sentimos abandonados”, declaró una comerciante del centro. “Aquí roban, amenazan, y nadie responde. Las autoridades solo salen a tomarse fotos y a echarse la culpa unos a otros.”

Gobierno estatal en alerta

La administración estatal, encabezada por la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, ha comenzado a intervenir ante los indicios de que la situación en Calimaya podría desbordarse y replicarse en municipios vecinos como Tenango del Valle, Ixtapan de la Sal y Coatepec Harinas.

Incluso, agencias de inteligencia han advertido que células vinculadas a cárteles que operan en Sinaloa podrían estar infiltrándose en la zona, aprovechando la fractura institucional y el vacío de poder local.

Sin solución a la vista

Pese a los operativos y discursos, Calimaya sigue sin un rumbo claro. El municipio enfrenta una combinación peligrosa de inseguridad, descontento social, y un liderazgo dividido, que hasta ahora no ha demostrado capacidad ni voluntad para devolverle la paz a su gente.

En lugar de coordinación, lo que impera es la confrontación política, mientras la población sigue pagando el precio de una administración rebasada por la realidad.

 


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