Ni la hizo: “El Marvin” se fugó, pero la calle no lo aguantó

Ni la hizo: “El Marvin” se fugó, pero la calle no lo aguantó

En menos de un día, la capital vivió una escena de película: Marvin “N”, conocido como “El Marvin”, burló la seguridad del Reclusorio Oriente y desató un fuerte operativo de búsqueda. Este sujeto, preso por intentar asesinar a dos de sus vecinos con un tubo y un cuchillo en Magdalena Contreras, desapareció durante el pase de lista del martes por la noche, encendiendo todas las alarmas dentro y fuera del penal.

La noticia de su fuga encendió la polémica sobre las fallas en el sistema penitenciario. Custodios y directivos del reclusorio fueron llamados a cuentas, mientras autoridades revisan cámaras de seguridad para descubrir cómo logró escapar el joven de 27 años.

¿Dónde cayó el fugitivo?

La persecución no tardó. Apenas 24 horas después, la Secretaría de Seguridad Ciudadana confirmó la recaptura del prófugo. Fue localizado en Magdalena Contreras, el mismo barrio donde meses antes había atacado brutalmente a dos hombres.

El propio secretario, Pablo Vázquez, presumió en redes sociales el golpe certero al prófugo. El operativo contó con la fuerza del Centro Nacional de Inteligencia, la Policía de proximidad y la Subsecretaría de Inteligencia de la SSC.

¿Quién es realmente “El Marvin”?

Fuentes extraoficiales lo pintan como miembro de “Los Dukes”, una de las bandas que, junto a “La Mafia”, disputan el control de actividades ilegales dentro del Reclusorio Oriente. Esta versión alimenta sospechas de que su fuga no fue casualidad, sino el reflejo de alianzas criminales y corrupción al interior del penal.

El caso encendió los reflectores: custodios bajo investigación, directivos señalados y un protocolo de seguridad cuestionado. Todo mientras “El Marvin” regresó a la misma celda de la que había salido horas antes.

Su historia revela dos caras: por un lado, la eficacia del operativo que lo devolvió a prisión en tiempo récord; por otro, la fragilidad del sistema penitenciario de la Ciudad de México, que permitió que un reo con antecedentes violentos escapara con aparente facilidad.

La fuga de Marvin “N” no solo dejó en evidencia las grietas en la seguridad del Reclusorio Oriente, también puso sobre la mesa un debate más amplio: ¿cuántos internos más podrían aprovechar esas mismas fallas para escapar?

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